Era hijo de Tarzan, pero vivía en Moscú hacia mucho tiempo ya. Los recueros de su infancia había quedado sepultados por el frió manto de nieve moscovita.
De complección fuerte y larga cabellera rubia, junto con una adicción indomable al vodka, lo hacían pasar inadvertido entre el resto de la población rusa.
La vida en la ciudad era dura, deshumanizada, nada que ver con la jungla donde se crió y de la cual ya no tenía recuerdos. Las largas horas que pasaba esparciendo sal en las carreteras para derretir el hielo lo había enajenado, la rutina del día a ida lo devoraba. no se sentía libre. había algo dentro de él que luchaba por salir. Algo salvaje que él aún desconocía.
El desencadenarte de toda la situación comenzó con una inesperada visita al zoo. Chloe, una amiga especial lo invitó a pasar una tarde de verano en compañía de múltiples animalitos. Toda transcurrió con normalidad hasta que se hacercó a la jaula de los simios.
Casi de inmediato se cruzaron las miradas entre el orangután y él. una mirada penetrante. nuestro amigo pareció enloquecer. rasgó sus vestiduras y quedó completamente desnudo. su comportamiento había cambiado, parecía un simio más
Había recordado su infancia. el hombre mono había vuelto.
Casi de inmediato el personal de seguridad lo intento detener, pero el salió corriendo. Chloe impresionada por lo subrealista de la situación, lo siguió con la mirada hasta que se perdió en el horizonte.
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